El orden de Dios para la familia

Solo escribir el título me dibuja una sonrisa en el rostro.   Debo confesar que la primera vez que estudié sobre este tema ocasionó un revuelo dentro de mí.  Ahí estaba yo sentada con aproximadamente diez parejas más, todos estábamos trabajando hombro a hombro para restaurar nuestros matrimonios.   Así como lo leyeron, RESTAURAR, matrimonios en conflicto, bueno seamos sinceros, todos los matrimonios tienen conflictos, así que no te alarmes, lo que te puedo asegurar es que no todos lo dicen.

Una cosa es que delante de la gente riamos, en el instagram, Facebook o cualquier red social parezcamos las familias perfectas, pero cuando se cierra la puerta del hogar nadie sabe lo que pasa dentro. 

Y es que cada uno viene con su "idea de lo que es el matrimonio", imaginemos que caótico puede ser si analizamos que un gran porcentaje de las parejas vienen de familias desintegradas o una familia donde los roles estaban totalmente distorsionados. 

Entrando en materia...

"Ahora bien, quiero que entiendan que Cristo es cabeza de todo hombre, mientras que el hombre es cabeza de la mujer y Dios es cabeza de Cristo". (1ª Corintios 11:3)  

Que el hombre es cabeza mía... WHAT!   Golpe duro para mi patrón de independencia, de igualdad, de a mi nadie me tiene que decir que hacer, para eso estudié, me preparé para ser una profesional que no dependiera de un hombre.   Crecí en un matriarcado en el que aprendí "que ningún mierda te venga a joder, así que prepárese".  Entiéndase que la razón para ser una profesional era no depender de un hombre.

Que levante la mano quien escogió a su futuro esposo fijándose que fuera un hombre de fe, un hombre que siguiera los principios de Dios.   Sí, son pocas, pero hay.   Cuando una de mis amigas me dijo que ella había orado exactamente por el esposo que tiene hoy en día, quedé sorprendida y me alegré tanto por ella, pues Dios le puso en su camino un esposo justo a su medida.       Si me preguntas a mí, la verdad yo no tenia un camino de fe que me diera la madurez para entender la importancia de cimentar un matrimonio en Dios.  Y te cuento que yo hice todo "by the book"  tomé mis charlas pre-matrimoniales, me casé por la iglesia y juré ante Dios que sería en las buenas y en las malas, en la salud y en la enfermedad, hasta que la muerte nos separe.   

Pero no tenía claro mi rol como mujer y tampoco sabía cual era su rol como cabeza del hogar.   

«Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella» (Efesios 5:25)

A ver hombre, cuéntame, creciste en un hogar donde tu madre fue regada como una flor a diario, cultivada con amor, o fuiste testigo de que en la casa se hace LO QUE EL HOMBRE DICE, que es normal irse a tomar con los amigos y dejar a la mujer en casa,  que cualquier canita al aire se perdona pues al final HOMBRE es HOMBRE.    

Que sencillo es el orden, pero difícil entenderlo y aplicarlo en tu vida.   Dios lo hace sencillo, vivir lejos de ÉL lo hace complicado.  

Que PERFECTO AMOR, un hombre centrado en Dios que guíe a su familia en el camino de la fe, ame a su esposa y la cuide con tal dedicación como Cristo lo hizo con la iglesia.  Una mujer que sobre todo respete a su esposo y sea su ayuda idónea.

La convivencia no es fácil, pero si no conocemos nuestro rol se dificulta un poco más, así que te invito a que estudies más sobre este tema.    Esto no te librará de los conflictos, pero te dará herramientas para resolverlos. 

Te deseo una vida llena de amor 

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